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martes, 7 de febrero de 2017

Nico Rosberg

Con la retirada de la F1 de Nico Rosberg para mí se termina un aliciente. Como fan, que no fanático, tanto de la disciplina deportiva como del corredor de Wiesbeden, echaré de menos sus mano a mano con Hamilton, como lo hice cuando Schumacher se volvió a retirar otrora. De Rosberg, al igual que me ocurre con Dani Pedrosa en Moto Gp, diré, lo cual admito sin ningún pudor, que no es ni ha sido el mejor piloto de la parrilla, pero entiendo que cuando comienzas a seguir un deporte entra en juego una motivación emocional, hasta que perfeccionas el gusto por dicho tema, y lo comienzas a apreciar de manera más intelectual y cognitiva. No descubriremos nada si decimos que Nico ha tenido unos inicios en las categorías del motor ayudado por el renombre, sonoridad y cachet del apellido paterno, sin lugar a dudas, pero no menos cabe señalar que a todo ello lo han, acompañado, ya no solo los genes, si no también la personalidad, carácter y saber estar que con la inestimable presencia a mayores de su trabajo duro, cabezonería y responsabilidad han mejorado la versión que como campeón se conocía del apellido. Efectivamente soy de los que opinan que es más merecido campeón del mundo que su padre. Ha habido un menor factor aleatorio, más constancia y dureza, y un rival infinitamente más duro. El recién retirado número 1, además de compartir infancia con Lewis en su época de Kárting, llegó a ganar en monoplazas el campeonato VIVA RACING en 2002, siendo en años sucesivos 8º (2003) y 4º (2004) respectivamente en la F3 Euroseries con el equipo que su padre había dispuesto para él. Llegado en 2005 a un tal equipo ART Grand Prix, equipo de gran solera dentro de la categoría GP2, cuyos comienzos estaban en ciernes como trampolín directo para la F1, Rosberg hace luz entre tanta sombra que se alarga sobre él y el dinero de su papá callando las bocas a propios y extraños, siendo éstos los que igual dudaban de sus capacidades siendo etiquetado en un inicio como el protegido de papi Keke.

Y llegamos al 2006 y con ello a la F1 de la mano de Williams, quienes siempre se han caracterizado por su excelsa visión a la hora de manosear y captar a las promesas del futuro del automovilismo. Rosberg se estrena en Bahrein, con un Alonso estrenando número 1 como reciente campeón en su último año en Renault. Fernando gana una carrera adelantando a Massa en las primeras curvas del trazado ya mediada la carrera para luego sobrepasar a Michael saliendo del pit stop para afrontar el último stint poniéndose el español en paralelo con el heptacampeón en una lucha intensa. Mientras, nuestro pequeño alemán, tras un pésimo comienzo en la salida que lo termina por ubicar al final de la cola de coches, llega a remontar desde el último puesto hasta el 7º, consiguiendo sus primeros puntos además de una vuelta rápida que además de impresionarnos a todos, consigue llamar mi atención. En este momento es cuando "me lo pido" como uno de mis favoritos. A partir de aquí, consigue otro 7º puesto en el GP de Europa y va demostrando una trayectoria a todas luces in crescendo terminando en un meritorio 17º puesto de la general.
Dejando a un lado el motor Cosworth y la que sería su primera y única derrota en 7 años contra su experimentado compañero de equipo, un tal Mark Webber, y por apenas 3 puntos en su año de debut, con el cambio a motor Toyota las cosas mejoran, tanto en resultados como en continuidad, batiendo a todos sus compañeros de equipo desde este mismo instante hasta el año 2009. 
En el 2007 gana consistencia y a pesar de que Alex Wurz hace mejores puestos de cara a la galería (4º y 7º) además de un podio, Nico termina siendo capaz de sumar más puntos, ofreciendo más regularidad manteniéndose entre el 7º y el 6º puesto con asiduidad para añadir a esta dinámica un 4º puesto en Brasil, a modo de gran broche al cierre de temporada y así acabar 9º en el mundial. 
En 2008, la continuidad cesa en cierta medida pero llegan los grandes resultados, y puede subir dos veces al podio: Segundo en Singapur tras Alonso tras el famoso caso del Piquetgate y 3º en Australia al inicio de la temporada siendo 13º al final de la misma.
En 2009, en cambio, vuelve a la continuidad moviéndose entre el 4º y el 6º puesto, con algún que otro 8º y top ten como zona natural, y demostrando su regularidad habiendo adquiriendo ya un cierto nombre entre el paddock, que desemboca en su paso a Mercedes tras la compra por la marca alemana del reciente equipo campeón Brawn GP y cerrar así su etapa en Williams de forma brillante con su mejor puesto en la clasificación general: 7º.

Así pues, Nico se ve sentado al lado del recién retornado heptacampeón Michael Schumacher durante tres años, desde el 2010 hasta el 2012, en los que paulatinamente, además de ganar al piloto de Kerpen, va mejorando y aumentado la diferencia de puntos entre sí y el compañero en proporción a los conseguidos por el equipo demostrando y refrendando su calidad ya no solo como piloto, si no como líder.
En 2010 suma hasta su momento y gracias a la nueva puntuación, la mayor cantidad de podios (tres terceros puestos) así como de puntos alcanzada por él hasta ese momento, 142, superando a Schumi, y repitiendo un 7º puesto en la clasificación del mundial que se repetiría además en 2011 pero con menos puntos de esta vez, debido al bajón de prestaciones de la escuadra de la estrella a causa del término de la renta de rendimiento  heredada por el equipo campeón de 2009 con respecto a los demás equipos punteros. A partir de ahí, en 2012 dicha diferencia se acrecentará, bajando Nico a la 9ª posición de la clasificación final, pero en la que curiosamente llega su primera victoria en la F1, y, recordemos, sin haber perdido en ninguna temporada con Schumacher.

Al año siguiente, el hijo de Keké cambia de compañero. Michael se retira de nuevo y llega otro campeón de una talla similar como Lewis Hamilton, amigo de infancia y gran rival de siempre. La temporada 2013, deja a éste 4º y al teutón 6º, su mejor puesto en la general de siempre, habiendo perdido eso sí la primera temporada contra su compañero desde el año de su debut a causa de su menor regularidad, pero con el dato a favor en su particular duelo de sus dos victorias por una del inglés. 
En 2014, a pesar de presentarse interesantísima, provoca rifirrafes entre ambos que terminan con tensiones dentro del seno de la escuadra germano-británica destruyendo su "amistad" y ofreciendo un gran espectáculo. Nico vuelve a perder en la general con Hamilton y también el campeonato, pero siendo 2º por primera vez y consiguiendo nada más ni nada menos que 10 segundos puestos y 5 victorias, que sumadas a las otras 3, hacían la nada desdeñable cifra de 8 en total. La temporada se ve impecable solo empañada por la diferencia de puntos final con Lewis, nada representativa de la igualdad imperante durante toda la estación a causa del valor doble (50 ptos.) de la última carrera, ganada por el británico por el rosco del alemán.
En 2015, Hamilton le vuelve a ganar y sentencia el mundial en vez de en la última carrera, a tres del final, dejando aún así y por otro lado, un magnífico sabor de boca a los aficionados de Nico gracias a las tres victorias consecutivas en los últimos grandes premios de la temporada, haciéndolo terminar con una victoria más que el año precedente, 6 en vez de 5, y con curiosamente menos diferencia de puntos respecto al año anterior.

A modo de carrerilla, con tres victorias seguidas y el impulso psicológico de las mismas acompañado de las ansias de revancha se presenta Rosberg en Melbourne para dar inicio a la temporada 2016. Y de qué forma. Termina este año pasado 2016 con 10 victorias, 5 al inicio y otras 5 después del parón de verano, y demostrando una madurez terrible, así como unas templanza, inteligencia, frialdad pasmosas y una evolución de titán. Poco más que comentar.
Con él marchando se pierde algo muy importante. Como bien decía, Nico Rosberg no es el mejor de la parrilla pero siempre ha tenido algo que me ha enamorado: sencillez a pesar de su buen nombre. Guapo, alto, fuerte, rubio, simpático, inteligente... sumado a sus capacidades como piloto para ser rápido a una vuelta, veloz y constante, aunque en esto último no de los mejores, o al menos en el vuelta a vuelta. Machacón, fuerte psicológicamente y ultramente concienciado y motivado, siempre ha mejorado de un año a otro puliendo sus puntos débiles y tratando de mantener los fuertes. No es un piloto que digamos, espectacular, como el gran Schumacher, pero sí de consistencia. Listo y pillo, ha jugado su inmejorable dote social para atacar por ese lado, el débil, de alguno de sus compañeros siempre que ha sido necesario. Hábil e inteligente fuera de pista, se ha ganado poco a poco el respecto dentro del paddock. En resumen, gran poleman y buen piloto en el vuelta a vuelta; consistente pero ni mucho espectacular ni el mejor en este aspecto; eso sí, gran profesional y persona desde el punto de vista social que aunque más que no cerrarse puertas ha sabido abrírselas cuando lo ha requerido la situación; listo e inteligente hasta el punto de llegar al límite con ciertas acciones fuera y dentro de la pista sin que pareciese muy descarado; testarudo en el buen sentido y una insuperable capacidad de sacrificio, automotivación y superación personal. Esto último es lo que mejor define a este gran campeón, y lo que hará que echemos de menos a un piloto retirado con apenas 31 años de edad de camino a los 32.

Solo hay que esperar que los bailes en los asientos de los equipos de F1 den otro tipo de sabor al caldo que se vislumbra para la sobremesa de los domingos, y todos aquellos que, tanto sea por cambio de equipo, como por estreno en la categoría, o simple y llanamente por la evolución de los monoplazas y la modificación del status quo, en esta nueva temporada más que perder un aliciente (o dos o tres con la marcha de Bernie Ecclestone y Ron Dennis), se generen tres por cada ausencia como si este deporte fuera un cancerbero de emociones, sentimientos y corazones. Ojalá.

Por Marcos Pantani.

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